Otro modelo sindical es posible (II)

May 09, 2015 Ramón Ábalo La Pata Semanal Comentarios desactivados en Otro modelo sindical es posible (II)

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A partir de nuestra afirmación de que el sindicalismo organizado, alineado en sindicatos, federaciones y centrales, es una pata más del sistema, es decir del mismo capitalismo concentrado, neoliberal e imperialista. Siendo ello así, no lo es desde lo ideológico, porque el germen de la rebeldía es inherente al explotado, al maltratado, al colonizado, tal como lo demuestra la historia. Aún en las circunstancias de mayor violencia. Estamos hablando en un momento histórico, cual es el de la decadencia del sistema y el repudio universal de los pueblos contra el modelo neoliberal.

Los pueblos ganan las calles y se movilizan contra los ajustes antisociales, antipopulares, y al frente representantes de novedosos discursos políticos e ideológicos, al margen de  organizaciones tradicionales.  Los casos de Grecia y España son emblemáticos y se esparcen por todo el mundo que está dejando de ser el primero, o sea la vieja Europa, incluso en el mismo centro del imperio -Estados Unidos- en luchas contra viejas plagas como la violencia racial contra los afroamericanos, la cultura guerrerista del sistema contra los pueblos del mundo, la pobreza de 50 millones de habitantes. En fin, la decadencia paulatina.

En nuestro país  

Desde la CONAT, componente de la CTA de Yasky, se sostiene que para asegurar lo conquistado, es necesario avanzar más decididamente en un proceso de industrialización centrado en la satisfacción de las necesidades de las mayorías y requiere elaborar instrumentos que permitan controlar y orientar la producción y distribución de bienes y servicios básicos en función del interés común y en la perspectiva de un nuevo modelo de desarrollo económico y social. En el futuro -afirma la CONAT- cuando la perspectiva nos está mostrando un crecimiento de la conflictividad social si no se adoptan medidas de carácter estructural y si no se defiende a fondo el empleo sin acudir sólo a las ayudas sociales o subsidios, la finalización del período presidencial se convierte en un acicate para los intentos de desestabilización, es decir, para la puesta en práctica en un nivel superior, de la estrategia de las derechas reaccionarias y sus circunstanciales aliados, a los que la prensa burguesa monopólica continúa empeñada en mostrar como la «izquierda»

La CTA debe estar predispuesta a arrebatarle esas banderas a aquellos sectores y para ello debe ponerse al frente de los reclamos. La CONAT junto a nuestros compañeros que han obtenido puestos de conducción tenemos el compromiso de actuar en ese rumbo, reclamar que la CTA cumpla ese rol en beneficio de los  trabajadores, de los sectores populares y de nuestro país.

Consideramos que debemos estar presentes en los conflictos impulsando y contribuyendo a darle un curso correcto contra los verdaderos enemigos, denunciando a los grupos económicos nacionales e internacionales donde se concentra el verdadero poder que da lugar al crecimiento de las desigualdades y que ahora intentan una vez más restaurar a pleno el neoliberalismo.

Este es el desafío y el camino correcto para construir el verdadero movimiento sindical de clase, autónomo, con capacidad y aptitud para hacer realidad un definitivo proceso de liberación, antiimperialista, de integración latinoamericana y caribeña con visión post-capitalista.

Esta corriente en el seno de la CTA (Corriente Nacional Agustín Tosco) acierta en el meollo del objetivo de lo que debe ser la lucha gremial. Es decir, coincidente con las luchas populares contra el capitalismo imperialista, como lo proclamó el III Encuentro de la Juventud de la Federación Mundial Sindical para América Latina y el Caribe, que se realizó recientemente en el Estado de Río Grande Do Sul, Brasil. Fueron centenares de jóvenes trabajadores sindicalizados provenientes de Argentina, Uruguay, Bolivia, Colombia y Brasil. Y hubo también coincidencia en proclamar que a la lucha por el salario se debe acompañar con una clara definición de lo que significa esa lucha anticapitalista imperialista. Que es, nada menos, la profundización de las luchas de clases para concretar el Socialismo Siglo XXI, superando a los postulados inocuos de la actual conducción sindical -con excepciones varias, claro- que se aproxima a lo que se vislumbra como traición de clase.

happy wheels

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