Mujeres fotógrafas: Hoy Lady Hawarden

May 24, 2020 La Quinta Pata Mujeres Fotógrafas Comentarios desactivados en Mujeres fotógrafas: Hoy Lady Hawarden

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Por Sara Judit Gutierrez Zahzú

Hoy nos fuimos a visitar a Lady Clementina Hawarden, una gran fotógrafa escocesa, una mujer que pudo dedicarse intensamente a la fotografía y dejar un sello propio a aquellas otras mujeres que la siguieron en ese/este mundo de tener una cámara en mano y hacer algo con ello.

Ella nació el 1 de junio de 1822, perteneció a la Era Victoriana[1]. Se casó en 1845 con el cuarto vizconde de Hawarden Cornwallis Maude, viviendo en Londres hasta 1857 cuando se mudaron a la finca que la familia tenía en Dundrum, Irlanda. Clementina y su esposo tuvieron diez hijos, dos niños y ocho niñas, de los cuales ocho sobrevivieron a la edad adulta.

Comenzó con la fotografía alrededor de los 35 años, cuando se trasladó junto a su familia a vivir unos años a Irlanda, se estima que habria iniciado su labor con fotos estereoscópicas de paisajes, alrededor de 1957.

En 1859, se traslada nuevamente a vivir a Londres, donde armó un estudio en el primer piso de su lujosa casa. Allí, Clementina, se dio el lujo de desarrollar con gran maestría sus composiciones fotográficas, con ambientaciones y composiciones teatrales, que han dado impronta a sus obras. Ella muestra en sus producciones las habilidades que tenía en el manejo de la luz, como amante del arte y gran observadora, supo interpretar en cada toma ese mundo de sueños y realidad, que podemos apreciar al mirar sus fotos. Cada una de ellas, parecen afiches de obras de teatro o de peliculas de cine, donde se juegan escenas conmovedoras, con miradas complices entre ella y las modelos o entre las modelos o la mirada de la modelo con ella misma.

Todo está allí, esas imágenes tienen vida, se ve la complicidad de los personajes, sus movimientos, la calidez de las miradas que nos remontan a otros mundos en otros tiempos, donde el espacio parece fundirse con nosotrxs al observarlas. Muchas de sus obras son imágenes de sus hijas adolescentes, jovenes que juegan con su propia sexualidad a flor de piel en cada toma y, donde se puede leer las las miradas que desbordan erotismo y poses de seducción que exaltan las mismas imágenes.

Clementina logró fijar y captar las resonancias de la sexualidad de las mujeres de su época, miradas intensas, desafiantes, encuentros de cuerpos seduciendose entre si y al mismo tiempo a la cámara, la pasión está en cada pose. Son cuerpos que hablan de una época y de una clase social.

Tambien la infancia y adolescencia fueron retratadas, dando lugar a ciertas criticas por retratar el erotismo puberal y adolescente, esto no era bien visto, hasta ahora nadie se había atrevido, por lo menos públicamente, develando esa complicidad erogeneizante devenida en esos cuerpos entregados a ser captados en su escencia.

Por esto la sociedad victoriana estaba encrispada, no queria ¨saber nada¨ de esos cuerpos adolescentes sexualizados en imágenes, en su propia clase social, eso no era bien visto, pero…la historia…ha develado como esos cuerpos adolescentes eran explotados a todo nivel en esa época, la ¨doble moral¨ le llaman.

La creación de imágenes insondables, que interpelaban algunos de los principios sociales victorianos modifica y produce cierto quiebre al arte de la fotografía, por ello se la considera como la primera artista de la imagen fotográfica. Utilizaba luz natural, tenía gran manejo de ello, colocaba espejos para reflejar la luz y, al mismo tiempo generaba imágenes dobles. Experimentaba y experimentaba, esto la llevó a marcar su recorrido, a salir de la serie, a dejar su marca de agua en la historia de la fotografía, y sobre todo en la historia de la fotografía de Las Mujeres, ¨Historia¨ tan escondida, negada, oscura, que casi se cae del mapa, pero las perlas como brillan, es imposible dejar de verlas.

Clementina al mismo tiempo que se dedicaba profundamente a la fotografía y esperimentaba con ella, se dedicaba a la maternidad, tuvo tres de los 10 hijxs en su prolifera y corta vida de fotógrafa. Carlos Mavor (1955), escribe sobre la obra de Clementina:

«Las fotografías de Hawarden plantean cuestiones importantes de género, maternidad y sexualidad en relación con los apegos inherentes de la fotografía a la pérdida, la duplicación y la replicación, la ilusión, el fetiche¨.[2]

En este sentido, en clave de género, leemos a Clementina, nombre que escribo varias veces en esta nota, porque me gusta, es el nombre de una variedad de mandarina, muy dulce y sin semillas, más facil de comer, ¿no?, sus imágenes son tambien más fáciles de leer por sus envolturas profundas, por su captación de cierta belleza que desborda lo más recóndito, vemos nuestras propias imágenes en relación a los temas que aborda y que estaquean tambien nuestra existencia.

Clementina utilizaba copias a la albúmina procesadas y viradas a la plata mediante el proceso del colodión húmedo.

Realizó su primera exibición en la exposición anual de la Sociedad Fotográfica de Londres en 1863, siendo elegida posteriormente como miembra de esa sociedad. En esa exposición ganó la medalla a la mejor composición. La obra de Clementina fue reconocida por su ¨nivel artístico¨, fue galardonada y muy aplaudida.

Una colección de 775 retratos fue donada, por su nieta Clementina Tottenham al Museo de Victoria y Alberto en Londres en el año 1939.

Lady fallecio a los 43 años, el 19 de enero de 1865, en Londres, una muerte inesperada, que dejó una gran y prolífera obra, que marcó una nueva forma de producción fotográfica.

Obtuvo un destacado reconocimiento como fotógrafa, se la considera precursora de la fotografía de moda. Es que no podría ser de otro modo, miren sus imágenes, esos vestidos, sombreros, miradas, poses, seducción, sin más es la producción de cualquier revista de modas de nuestros tiempos.

Hoy nosotrxs nos deleitamos al mirar las imagenes que Clementina generó, al captar esas figuras tan victorianas en sus poses, las vestimentas, los lugares, las espectativas, las sexualidades, el erotismo circulando por doquier. Clementina nos hace girar la mirada e irnos a esos tiempos donde las imágenes tenían otra existencia, otros imaginarios y simbólicos estaban en el tablero de la era victoriana, detrás siempre flameando en busqueda de algo más allá, está lo real en juego, lo podemos casi vislumbrar, no tanto como ella, por todo hoy te decimos gracias Clementina, por tus hermosas imágenes al borde de lo inesperado.

[1] La época victoriana es un periodo en la historia de Gran Bretaña que coincide con el reinado de Victoria I (1837–1901), donde el Reino Unido se convirtió en la primera potencia mundial por la prosperidad de su economía y la extensión e importancia de su imperio colonial.

[2] Carol Mavor escribe extensivamente sobre el lugar de la obra de Hawarden en la historia de la fotografía victoriana, así como las interpretaciones contemporáneas de la obra. Recuperado de http://losgrandesfotografos.blogspot.com/2017/01/lady-clementina-hawarden-clementina.html