“El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”

Nov 15, 2015 La Quinta Pata La Pata Semanal Comentarios desactivados en “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”

Por Carlos Benedetto para Sin pelos en la lengua

Se supo en los últimos días que el todavía Gobernador de Mendoza Paco Pérez estaba deprimido y que la gente del Clan Félix de San Rafael estaba a las puteadas contra La Cámpora porque Anabel Fernández Sagasti ganó una banca de senadora nacional pero los votos no alcanzaron para que Omar Félix recuperara la suya. También se supo que, por despecho, el peronismo mendocino, o una parte de él, votaría a Macri el 22 de noviembre, lo que trae a la mente un afiche que vimos en la Universidad Nacional de Cuyo que reza “Votar a Macri es traición a la Patria”. Hay estudiantes que la tienen clara. No la tienen tan clara los otros pibes, los que no estudian historia y se llevaban previa siempre Formación Ética y Ciudadana, que quiere un cambio sin saber qué cambio quieren, y que lo único que desean es “que se vaya la yegua”, como si eso fuese la salvación de la Patria. Cuando uno les pregunta “cuánto ganaba de jubilación tu abuelo hace 15 años y cuánto gana ahora?”… es posible que te contesten con un insulto. Sucede que desde el Grupo Clarín, que está llevando a cabo una gigantesca lobotomía colectiva sólo equiparable a la que hicieron los militares hace cuarenta años, se sigue planteando la “política de la antipolítica” y ni los mismos macristas saben qué festejan con sus globos amarillos, tan amarillos como el “periodismo” que les da sustento.

Este amarillismo ha conseguido lo que nunca antes se consiguió, que es que muchas personas se divorciaran de su propio pasado y de su propio presente y adoptaran como propia una visión del mundo que va a terminar perjudicándolas. Recuerda esto a LA GUERRA DE LOS MUNDOS, aquella vieja transmisión radial (1938, EEUU) que relataba una ficción, sólo una ficción: estábamos siendo invadidos por marcianos. Tema que, según Filmaffinity, fue “una adaptación radiofónica de una novela de 1890 que provocó el pánico y la histeria al creer la gente que New Jersey y Nueva York estaban siendo invadidas de verdad”. En Argentina hay mucha gente que cree que estamos en crisis, que el Estado le está robando la plata a los jubilados, que La Cámpora se está preparando para la lucha armada, que estamos peor que en 2001, que los 622 militares condenados por genocidio deberían estar libres, que las chicas se embarazan para cobrar la AUH, que Aerolíneas e YPF están mal, que están ametrallando jubilados en la puerta del banco, etc.etc. Como en LA GUERRA DE LOS MUNDOS, a esa gente se la está arriando a un precipicio. En aquel 1938 se hizo eso para preparar a los norteamericanos para la Guerra mundial que se avecinaba. Los marcianos, en realidad, eran los nazis, que luego serían los rusos al finalizar la guerra. Acá en Argentina se está preparando a la gente, se la está HIPNOTIZANDO, para un futuro que, en realidad, es el pasado, como reconoció involuntariamente la impresentable María Eugenia Vidal en su discurso triunfalista post-primera vuelta. Los chicos que menos entienden porque no vivieron el pasado donde Cavallo era dueño y señor de nuestras vidas, podrían googlear con las netbooks que les regaló Kristina, y averiguar, en Internet, no en 6-7-8, quién fue Cavallo, qué hizo Cavallo con el país, cuánta gente masacró Cavallo durante la dictadura militar y durante las dictaduras encubiertas de Menem y De la Rúa.

Pero lo cierto es que hay preocupación por este “imperio de la ignorancia” y por eso de no querer entender que “pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. “Ustedes van a votar a Macri y a los seis meses van a estar pidiendo a gritos que vuelva Kristina” le escuchamos decir a un viejo que discutía con un jovencito adoctrinado por su abuelo militar, y en las redes sociales se leen cosas que son indignantes pero también se percibe la “militancia inorgánica casa por casa” de gente que no está encuadrada en ningún partido pero que tiene presente la sangre que se derramó cuando los Macri y los Cavallo estaban en el poder económico y político. Es raro. Es raro que, al revés que hace 40 años, hoy los “viejos” terminan siendo más progresistas que los jóvenes y que éstos se aprestan a festejar, con globos amarillos, un triunfo conservador y retrógrado, que devolverá al país la desocupación, el corralito, los lecor, lecops, patacones, petromes, gente comiendo de la basura, cartoneros. Cuando se den cuenta ya será tarde.

El sentido común es el menos común de los sentidos Se ve también en las redes sociales cómo estos militantes espontáneos caen en el desánimo y son inmediatamente reanimados por sus pares, para seguir la prédica, una prédica que no es ideológica sino, simplemente lógica, como quienes van a contrapelo de aquello de que “el sentido común es el menos común de los sentidos”. Ese sentido común indica que nadie puede votar en contra de sus propios intereses, y desconcierta a muchos militantes populares escuchar a personas que a toda costa quieren volver a los 90 y no te creen cuando les contás lo que pasó. No te creen, no quieren leer la historia, suponen que “todo lo que hice lo hice con mi esfuerzo” e ignoran que en otros tiempos el esfuerzo personal no alcanzaba, sino que eran necesarias políticas económicas como las actuales para tener un mínimo de éxito.

Este fenómeno, el de gente entusiasmada con votar a un tipo que les va a joder la vida, no es nuevo. Hubo mucha gente, incluso notables como Jaime De Nevares, Estela de Carlotto, la juventud universitaria de 1955, los democristianos, los socialistas, etc-. que apoyaron a los militares y se dieron cuenta después de que Perón no era el malo de la película, y 17 años después estaban, bajo la lluvia y los gases lacrimógenos de los militares, intentando ir a recibir a Perón a Ezeiza. Ocurrió en 1972, un 17 de noviembre. Pasado mañana se cumplen 43 años de ese hecho, del cual participamos siendo muy jóvenes. Lo que sí es novedoso es que la desmemoria tiene ahora gente que responde, y con la santa paciencia de tener que explicar lo obvio, y es novedoso que ya no están los militares para “resolver” el conflicto a favor de los desmemoriados. Más novedoso aún es que la gente discute teoría económica y ya no el color de la cartera que se compró La Yegua cuando fue a depositar dólares a Seychelles con alguno de sus amantes de La Cámpora. Y en ese debate llevan las de ganar los espontáneos militantes K, que se encuentran enfrente con la tozudez de los ignorantes que son transitoriamente felices en su ignorancia y que no entenderían, por ejemplo, las líneas que usted, amigo lector, está leyendo en este momento. Quizás sea ese el espíritu por el cual el radical Leopoldo Moreau escribió lo que va en recuadro y esto en Facebook: “Transcribo textualmente una información aparecida en el diario Clarin de hoy en la pagina 33 : » Un equipo de investigadores y médicos del Hospital de Pediatría Juan Garrahan ganó el premio Bernardo Houssay en farmacología. Fue porque desarrollaron una estrategia exitosa contra un cáncer que afecta a los ojos de los más chiquitos, el restinoblastoma. Consiguieron aumentar la tasa de curación hasta el 98 por ciento de los casos y bajar los afectos adversos del tratamiento con quimioterapia.». En otro parrafo dice: » Otro logro reciente fue el descubrimiento de un marcador molecular, en colaboración con la Universidad Nacional de Quilmes. El marcador permite detectar la enfermedad cuando ya se dispersó por fuera del ojo «. ¿Esta información no te hace ruido ?. A mi sí. Me hace recordar que el gobierno de Macri desfinanció este año al Hospital Garrahan y, también, que hace poco — en referencia a las nuevas universidades del conurbano– Macri afirmó «para que queremos nuevas universidades que solo sirven para inventar trabajo para algunos «. Esta es la diferencia entre una política y un presidente que escucha las necesidades de la sociedad y una política y un presidente que solo escucha al » mercado”. Vos elegís, pero cuando vayas al cuarto oscuro a tomar la decisión pensá un segundo en estos pibes.”

Fuente: Sin pelos en la lengua- SPELL (Malargüe)