Tiempos de resistencia

Feb 07, 2016 La Quinta Pata Nacional Comentarios desactivados en Tiempos de resistencia

Por Alfredo Caferatta

En el cálculo de probabilidades de los miembros del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, de su militancia y de todos los que lo apoyábamos y seguíamos, era ínfima y hasta impensada la derrota electoral de octubre – noviembre de 2015. Pero la idea de perpetuidad del Proyecto nacional y popular se esfumó en un mes. Tratar de presentar las causas convergentes de esta desgracia se hace necesario y útil para estar bien parado en los difíciles tiempos que se avecinan.

Se pueden señalar como causas de la derrota electoral:·

El natural desgaste de un proceso revolucionario o transformador, como en este caso, por años en la permanencia en el gobierno, sin ofrecer variantes de ampliación e inclusión de nuevos dirigentes, acorde a una profundización transformadora. El único caso es el de Axel Kicillof como Ministro de Economía.

Los límites impuestos por las circunstancias y los históricos que el peronismo no ha podido superar, como fueron:

No recreación de la Junta Nacional de Granos. Quizá por temor a “enojo” de Monsanto y los exportadores de granos. De quienes el gobierno nacional dependía para la liquidación de las retenciones.

No haber implementado una Ley de entidades financieras que superase a la vigente, aplicada por Martínez de Hoz en la dictadura de Videla. Agilizando el crecimiento industrial, comercial y de consumo popular, con más expansión del que se dio a pesar de la ley vigente.

Falta de movilización popular para que el pueblo hiciera propia cada conquista y la militace. Primó la vieja consigna de Perón: “De casa al trabajo y del trabajo a casa”. No se quisieron hacer contramarchas en tiempos de los caceroleros, al día siguiente, por temor a la aparición de provocadores. Todo se limitó a actos festivos con cánticos y banderas y después a casa. La acción de “Unidos y Organizados”, preparado para movilizar al pueblo en caso de un golpe institucional, pareciera que hubiese actuado con la consigna “Quietitos y callados”. Al no prosperar esa actitud golpista. En el período que condujo Perón desde el 17 de octubre de 1945 hasta su muerte el 1/7/1974, y aún hasta el golpe del ’76, el pueblo peronista tenía, sentía, pertenencia al movimiento ¡Que nadie les hablase mal de Perón, porque ahí nomás saltaban a defenderlo! Desde el retorno a la democracia en el ’83 ya sin el líder, esa actitud fue desapareciendo debido a una dirigencia que se “aggiornaba” al nuevo sistema partidocrático institucional, abandonando gradualmente los principios de Perón en 1945, primando el puntereo y el clientelismo en grupos formados apuntando a cada próxima elección.

Otra actitud que desdeñó a la acción popular en la década del 60/70, era la del mesianismo de clase media, que quería “hacer la revolución para regalárcela al pueblo”. Actitud asumida por los movimientos armados como el ERP, Montoneros y los Tupamaros en el Uruguay. Pareciera que esa actitud afloró con esta generación expresada en lo que hemos llamado el kirchnerismo, considerando no necesaria la acción popular presente.

Al asumir su presidencia Néstor Kirchner lo hacía con un pacto de gobernabilidad con el poder económico, atendiendo a resolver las urgentes demandas sociales y del aparato productivo. Inició un proceso de reparación del tejido social y de la producción, hasta permitiéndose negociar el pago de la deuda externa, la que consigue en un 97% con una importante quita de intereses. Esta actitud soberana le permitió con toda naturalidad entrar en sintonía con los líderes populares sudamericanos, Lula y Chávez, iniciar el camino de la Unasur, rechazando la oferta de EE UU de ingresar al ALCA, en la recordada conferencia de Mar del Plata en el 2005. Al terminar su gobierno y asumir su esposa Cristina, como sucesora, dejaba el camino explícito para avanzar en la consolidación de lo que dio en llamarse el Proyecto nacional y popular.

Para el pensamiento oligárquico e imperialista, la reparación ya estaba terminada, el rechazo a la Resolución 125, fue el inicio de una protesta planificada con la ayuda de los ministros Lusteau, de Economía y Alberto Fernández , jefe de Gabinete, protesta que presionaría la renuncia de Cristina, instalando al vice Julio Cobos, hombre de la “institucionalidad” oligárquica. Pero para la nueva presidenta la reparación no estaba terminada, faltaban tareas que reclamaba el imaginario colectivo. Así llegarán las nacionalizaciones de las AFJP, Aerolíneas Argentinas, YPF, Ferrocarriles. Los derechos sociales postergados como la Asignación Universal por Hijo, el plan PROCREAR, Conectar igualdad (computadoras a los alumnos), Fábricas recuperadas, Cooperativas de trabajo y de inclusión social, (el caso combinado de la Tupac Amaru es un ejemplo en América Latina). La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es otro hito sin precedentes en América Latina. La repatriación de científicos y el desarrollo de un proyecto científico- tecnológico autónomo, para incentivar e impulsar el desarrollo industrial propio. Reactivación del Plan Nuclear Argentino.

Rematando en el desarrollo satelital del Proyecto ARSAT (I,II y III), para tener soberanía en las comunicaciones. La total inclusión jubilatoria es otro logro de peso social inmenso. Como la continuidad de las políticas iniciadas por Néstor Kirchner: medidas contracíclicas en Economía, política de DD HH, con juicios a los represores genocidas y la participación activa en el Mercosur, Unasur y CELAC, impulsando la unidad latinoamericana. La ley de pago soberano presentada en las Naciones Unidas coronó una gestión de amplio respaldo internacional, por parte de los países emergentes con eternas deudas heredadas que los condenaban ante los indeseables “fondos buitres”. Pero así también el odio de los grandes amos del mundo apuntó a Cristina y a la Argentina. La que se convirtió en un “mal ejemplo” igual que Venezuela.

Hasta su muerte, fue Hugo Chávez el líder indiscutido del proyecto de liberación de la Patria Grande latinoamericana, pero luego de su muerte y como” la Historia aborrece el vacío”, Cristina F.K. fue gradualmente ocupando el lugar dejado por Chávez, en base a su constancia inclaudicable y claridad de ideas. Desinhibidamente se acercó a Rusia y China, se apoyó en el BRICS y su defensa en Naciones Unidas de la “Ley de pago soberano”, la consolidó como líder latinoamericana. Esto observado desdeñosamente por EE. UU. y Europa. El gran protagonismo de los medios masivos de comunicación, sobre todo del grupo Clarín, perjudicado por la Ley de medios , con el aporte de un inimaginable caudal de dinero de la estructura oligárquico- imperialista, aportaron decisivamente al triunfo de sus enemigos políticos en noviembre de 2015.

Estamos en tiempos de resistencia, la política neoliberal del gobierno de Macri, no solo arrasa con los derechos adquiridos en los últimos 12 años, sino que trata de imponer un modo de vida sumiso, abyecto a las imposiciones imperiales, actuando como un ejército civil– cipayo de ocupación, sostenido por el poder mediático. Ante tal situación y con un amplio sector social perjudicado por esta política y dispuesto a movilizarse, como ya lo ha demostrado, solo queda la esperanza de la reaparición del liderazgo indiscutido de Cristina Fernández de Kirchner, como organizadora y aglutinadora de la protesta social. La que con el correr de los días tendrá más y más adherentes. De no aparecer Cristina como líder, será necesario reconstruir el movimiento nacional con los dirigentes más comprometidos, un nuevo entramado del poder nacional –popular. Hoy con la conciencia adquirida, con la viva experiencia concreta del camino iniciado hacia la construcción de la Patria Grande Latinoamericana, bien sabemos que es una cuestión de tiempo y el pueblo vencerá.