Última Actualización octubre 18th, 2022 8:09 AM
Nov 08, 2020 La Quinta Pata El Negro Ábalo y Seba Moro Comentarios desactivados en El Negro Ábalo en palabras de Seba Moro
En Junio del 2018 nuestro Ramón cumplía los 90 años, y en conmemoración realizamos una edición especial de La Quinta Pata en papel, que le regalamos al Negro durante la celebración. Allí muchxs compañerxs le expresamos nuestro afecto e indudablemente, el Seba no podía faltar. Le dedicó las hermosas palabras que reproducimos a continuación:
Ramón Ábalo, “El Negro”, cumple años e ingresa al decenio faltante para su centenario de leyenda ya. A lo largo de su vastísima trayectoria no ha hecho otra cosa que eso, cumplir, cumplir y dignificar. Porque el mayor de nuestros autodidactas -y no hablo aquí en términos de edad- cumple con el irrenunciable compromiso de la lucha diaria, minuto a minuto y cuerpo a cuerpo, que atraviesa años, décadas y hasta un par de siglos y fronteras milenarias.
“Yo no sé lo que es el destino
Caminando fui lo que fui”
El Negro cumple con su tendida mano solidaria en una tierra y en un tiempo que no se caracterizan justamente por la bonhomía desinteresada. Cumple con su guerrilla de la palabra, contra la injusticia y contra todos los males de este mundo, abrevando en el ejercicio manifiesto de la universidad de la calle, en el materialismo histórico en vigencia entre cumpas y noches cuyanas, y en el empeño de un oficio en sincronía con su ímpetu revolucionario. Cumple en su involucramiento colectivo para con lxs marginadxs y despojadxs, lxs desesperadxs y lxs combativxs, acercando con tino su visión desde la tierra y el asfalto, sus datos certeros que leen la realidad siempre en función de futuro y recabando en la historia, de la que él mismo ha sido y es protagonista. Cumple con su presencia constante, popular y barrial, a caballo entre el compadrito de una orilla zanjonera y el bohemio de una estirpe de la cual es el último representante. Es un Quijote sin corcel y siempre de pie, hecho pluma, hecho carne, hecho cañón, orientando a camaradas y compañerxs y, tarde o temprano, logrando que su sapiencia, por viejo y por diablo, alumbre por fin a ese nosotros que él fatiga sin prisas y sin pausas, con su andar tranquilo y omnipresente. Porque uno de los grandes misterios menducos es cómo hace el Negro, achacoso con su edad a cuestas, para aparecer siempre donde un reclamo se hace grito y se hace calle, con su pasión y visión irreductibles; su bolsa con libros, panfletos y apuntes; y su sombrero que lo protege de crueles soles y le mantiene las ideas en órbita, siempre prestas al aullido de la humanidad y a resguardo de moscas derechosas y conservas.
Así como cumple y dignifica la lucha, el Negro dignifica el tan bastardeado oficio del periodismo desde su lugar en el mundo, Mendoza, una tierra en la que entre tantas aberraciones para con lxs pocxs valientes de la palabra, se encarceló y humilló a Antonio Di Benedetto, se asesinó a Paco Urondo, se aniquiló y desapareció a Santiago Illa y a ocho jóvenes estudiantes de una carrera de Comunicación por entonces -sólo por entonces- verdaderamente revolucionaria. Un terruño en el que, en su mayoría, las subsiguientes generaciones de periodistas y comunicadores negaron y niegan, o al menos desconocen, la potencia, la ética, la calidad y el compromiso de aquellos hacedores. Tanto como los empresarios de medios y los personeros de ésas y otras entregas, que siguen sin asumir la responsabilidad que en esos crímenes les cabe, con el “decano” diario Los Andes a la cabeza. Y de la misma manera, hegemónicos e integrados de hoy, relativizan y desprecian el valor de esa escuela única e irrepetible como es la del Negro, tan vivo y activo como hace 60, 50, 40 años.
Esa dignidad la hace ejemplo el Negro universal, el Negro pueblo, el Negro institución. Nunca una agachada, nunca una claudicación, nunca el egoísmo ni el vedetismo, pura conciencia de clase ante una casta desclasada que se cree el hoyo del queque y no es otra cosa que el último orejón del tarro y los primeros en ser servidxs. Dueño de un estilo directo y denunciante -de los poderosos no de los pobres-, poco digerible en su lenguaje marxista y a veces panfletario para los estómagos comerciales de la información mercantilizada -con términos tan oportunamente actualizados como “los cipayos”-, jamás ha apelado al doble mensaje, ni al ataque inapropiado, ni a la falacia contumaz o a la mentirita piadosa. Es decir que en toda su vida cantó las cuarenta. Y todo esto, con paciencia y más escucha que consejos, lo transmite generosamente y con la humildad que da el barro a quienes intentamos aprender de él. “Muchacha”, “muchacho”, nos dice, y se queja porque en su juventud la firma de las notas no existía y la consiguiente personalización y tabicamiento del trabajo intelectual fue uno de los puntos de partida de un periodismo individualista y centrado en el sujeto antes que en el colectivo. “Muchacho”, “muchacha”, nos dice, y amargamente despotrica contra los Lanata, los Leucovich, los Morales Solá, por no nombrar a sus réplicas en miniatura del desolador panorama local.
En términos personales, cuando comencé a germinar la idea de arrancar de cero en Bolivia al primero que se me ocurrió consultarle fue a él, dados sus pasos previos por este país en exilio setentoso junto a un pibe Hugo De Marinis, siempre con afanes periodísticos a cuestas. Esa experiencia, así como el largo tirón de su vasta trayectoria militante y los mil y un proyectos comunicacionales emprendidos, está narrada en “Entre viñas, guitarreadas y revoluciones” (https://drive.google.com/file/d/0B8oqsnEwiAsOeXQtWTBWXzJXS00/view), libro de conversaciones entre ambos cumpas que yo había devorado de la mano de Hugo unos cuantos años antes a partir de su presentación en la rumbosa Feria del Libro.
Así como en su momento el Hugo acudió al Negro (“…había conseguido un conchabo como cronista volante de deportes en Los Andes. No me veía futuro ahí, quería hacer otras cosas, quería convertirme en un periodista en serio. Para bien o para mal decidí ir a verlo al Negro. Fui a la escuela de vuelta. A su escuela. Me daba como tarea escribir algunas prácticas-crónicas como para foguearme en el oficio de los pasquines -‘papeles’- como aquellos que él cuenta que le servían para defenderse en tiempos magros”), cuatro décadas después yo hice lo mismo. Por supuesto: lo conocía de mucho antes, de cuando recién empezaba en estas lides, de sus libros publicados como Mendoza Montonera, de su presencia en movilizaciones por los derechos humanos o en la incipiente pugna por la ley de medios, y finalmente por la concurrencia común en los juicios por delitos de lesa humanidad que, después de décadas de insistencia de compañerxs como él, lograron abrirse. Y siempre fue un maestro sin distancias, en el plano de tú a tú, un compadre cotidiano, humilde, atento, abierto. De allí, y también por intermediación del Hugo, y hoy en continuidad con el laburo que hace Eve Torre, estas intermitentes colaboraciones en La Quinta Pata, nuestra última trinchera. De ahí que vuelvo a la consulta que le hice a finales de 2014, en su oficinita de la calle San Lorenzo en un break de una audiencia de los juicios y previendo bastante el desastre que se nos vendría en todos los planos. “Está muy bien muchacho”, me dijo, “andate, la lucha continúa, hay que poner el hombro y dar testimonio”.
Negro ejemplo, Negro humano, Negro forjador, Negro bandera, pienso en tus años y se me cruza que no en vano naciste justo antes del crack del ‘29, cuando Gardel resplandecía y la historia universal y de los pueblos se dislocaba una vez más en su eterno y desigual combate entre opresores y oprimidos. Y también se me ocurre pensar que fuiste vos el que inventó el vino negro, purito o con soda, ése que nos apacigua de tanto perder y volver a levantarnos. Negro que sos el mayor de nuestros necios a la manera del trovador cubano, Negro inmenso, Negro maestro de verdad, con todas las letras, felices noventa y, por favor, no te nos mueras nunca, la lucha continúa, hay que poner el hombro y dar testimonio.
Oct 18, 2022 Comentarios desactivados en A los Manetazos o una respuesta que pone en disputa el estado de verdad
Oct 08, 2022 Comentarios desactivados en “Una traición en este oficio no se le niega a nadie”
Oct 02, 2022 Comentarios desactivados en ¿Cómo les fue a las principales empresas argentina en los últimos años? Ventas, rentabilidad y costos laborales
El presente informe tiene por objetivo analizar el estado de situación de las empresas más grandes de Argentina. Para ello se utilizan como base de análisis los balances de las principales firmas industriales y de servicios con Estados Contables disponibles en la Argentina. El informe que se...Sep 02, 2022 Comentarios desactivados en Informe fiscal: análisis de los ingresos, gastos y resultados del Sector Público Nacional – Datos a julio de 2022
Jul 27, 2022 Comentarios desactivados en Informe fiscal de junio 2022: menores gastos en subsidios y mayores en obra pública
Jul 26, 2022 Comentarios desactivados en ¿Qué pasó con el cuerpo de Evita?
por Pablo Vázquez / Agencia Paco Urondo En la noche del 23 de noviembre de 1955, a poco del golpe cívico militar contra Perón, un comando del Ejército al mando del teniente coronel Carlos Eugenio Moori Koenig, Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), ingresó al edificio de la CGT...