Las ovejas

Feb 10, 2019 La Quinta Pata Opinión Comentarios desactivados en Las ovejas

“Quienes manipulan el mecanismo social imperceptible.
Forman un gobierno invisible que realmente dirige el país”
EDWARD BERNAYS

Por Sergio Peralta

Es natural y necesario, entrecerrar los ojos cuando levantamos los ojos hacia el sol, como también lo es la sensación de tibieza o calor dependiendo de la hora y el lugar en que nos encontremos frente a él. De la misma manera se ha creado en el seno de la sociedad la naturalización del despojo. Edward Bernays allá por 1928 escribió, en su célebre libro PROPAGANDA, Cómo manipular la opinión pública en democracia: “A medida que la sociedad ganaba en complejidad y que la necesidad de un gobierno invisible era cada vez más patente, se inventaron y desarrollaron los medios técnicos indispensables para poder disciplinar a la opinión pública”, hace también referencia a quienes logran esta toma de decisión al señalar que: “Son grupos pequeños de personas los que pueden y logran hacernos pensar a los demás lo que se les antoja sobre un tema determinado”.

Se hace frecuente escuchar la justificación del aumento de la tarifa de la electricidad, que se repite como un cántico religioso: “era muy barata y no podíamos gastar así”. Cómo de igual manera se ha naturalizado que empresas y personas cercanas al gobierno y en muchos casos formando parte de él, sean las beneficiarias directas de ese aumento. Es más notable aún como los usuarios se resignan a padecer prolongados cortes del suministro aceptando que todo es producto de una pesada herencia, sin siquiera relacionar la falta de inversión en la materia y la vergonzante tasa de reintegro que ellos, los dueños de las empresas han logrado.

Bernays “concibe al individuo no sólo como una célula organizada en el organismo social, sino como una célula organizada en la unidad social. Basta tocar una fibra en el punto sensible para obtener una respuesta inmediata de ciertos miembros específicos del organismo”.

No es entonces extraño que en las últimas décadas, los dos gobiernos de corte neoliberal, uno salido del seno de un partido Nacional y Popular (el Peronismo) con Carlos Menem a la cabeza y luego, varias décadas después, y cuando parecía ser que la estabilidad y la redistribución de la riqueza era una figura habitual, surge una nueva expresión de esta doctrina, esta vez de la mano de un movimiento que pretende alejarse de la política tradicional y pone en juego un plan de negocios en lugar de una gestión de gobierno. Decíamos que no era de extrañar que en ambos casos, las primeras decisiones estuvieran ligadas al control de los medios de comunicación, ya fuera por la inmediata privatización de la señales televisivas, en el caso del gobierno menemista o con la parcial derogación de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como Ley de Medios, perpetrada por el gobierno de Mauricio Macri.

Después de corroborar los efectos de las políticas aplicadas por el actual gobierno, no es una especulación alocada el pensar que su designación nació por la decisión de un grupo de poderosos reunidos alrededor de una mesa que vieron en su figura la cristalización de sus deseos de poder.

Es cierto que existen numerosos diagnósticos, incontables puntos de vista, cataratas de quejas e insultos sobre la marcha de este gobierno y el porqué la sociedad, en su gran mayoría sigue a la espera de que la situación mejore. Se podría intentar imaginar que el habitante común de la ciudad, el trabajador rural, el empleado de comercio, cualquiera de los integrantes de la trama social está sometido a una virtual corrupción informativa que le escamotea cualquier referencia a los desastrosos resultados de la política actual. También es cierto que las noticias, no pueden llenar los espacios en las heladeras, ni tapar los precios de los alimentos y los servicios. Solo basta reflexionar sobre que ese fatídico 1.5% de diferencia a favor de Macri sobre Scioli en las elecciones de 2015, permitió que la tarifa eléctrica subiese más del 2000%, el gas y el agua corrieran, y vale la expresión, la misma suerte y que la deuda externa e interna argentina se disparara de un modo histórico y que no puede tener punto de comparación con otros países. Por que la realidad, el contexto, la ubicación no se puede extrapolar a ninguno.

También es cierto que es posible que el adormecimiento popular tenga relación a no querer ver a nuestro doppelgänger, mirándonos detrás del espejo esperando salir para destruir todo en un loco ataque de furia.

Citando nuevamente Bernays: “El gobierno invisible tiende a concentrarse en las manos de unos pocos, como consecuencia del elevado coste que implica manipular la maquinaria social que controla las opiniones y costumbre de las masas”. Es necesario recordar quienes son los que se vieron beneficiados con estas políticas, quienes ayudaron a llevarlas adelante, desde donde se ocultó la información necesaria para la toma de decisiones, transformando, a buena parte los habitantes del país en una majada de ovejas. Este saber, es una de las herramientas esenciales en el camino a la recuperación nacional.