Ganar la calle para emular a la presidenta

Ago 23, 2015 Ramón Ábalo La Pata Semanal Comentarios desactivados en Ganar la calle para emular a la presidenta

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El enemigo interno de los argentinos ya ha llegado, en su fobia anticristinista y anti nacional y popular, a un extremo que les impide no caer en la torpeza y en el ridículo existencial de la política. Veamos, fue primero el viaje al exterior de Scioli en el momento en que se desataba el vendaval de viento, lluvia y agua a torrentes en gran parte del Gran Buenos Aires. Pero ello no fue óbice para que al comprobar que la presidenta no salía a decir sus condolencias públicas por la cadena de radio y tv, se la tomaron con ella en eso de la ausencia. Y claro, tiraron mandobles a diestra y siniestra, y como siempre sin dar en el blanco. Lo peor, para la contra, Cristina, a quince días del drama colectivo y acuoso, salió este miércoles pasado y les dio en la mandíbula, con todo y como lo sabe hacer. Fue Jaime Durán Barba, el pitoniso de Macri que le dijo, inmediatamente de terminar la cadena radiotelevisiva: «Pero che Macri, les estuve diciendo lo que no tienen que hacer, menos decir, porque cada vez que ello ocurre, sale la Cristina y nos tira con munición gruesa como son sus anuncios… No hablen más hasta octubre… mejor dicho hasta noviembre y entonces inventamos la fábula de que nos afanaron medio millón de votos…en una de esas…”

No sé si el Barba le dijo eso a Macri, pero sí me lo dijo alguien en el café y sin pensarlo mucho me di cuenta que tenía razón. Son otarios, como dice el tango, pero peligrosos, y aunque logren una alianza con la Lilita, el Massa, el Sanz, y todo lo putrefacto que anda descolgado por ahí, no les va a alcanzar.

Y la Cristina fue exacta, clara en sus conceptos y directa en sus críticas a la contra. Sin elipses ni tapujos, convocó a los argentinos a ganar la calle, y a los jóvenes, especialmente, a militar, a caminar el territorio, los barrios, allí donde esté el pueblo. Es lo que importa, comenzar a darle contenido a la militancia, a ser creativos para llegar con el mensaje y que el auditorio se interese. No responder a provocaciones, aunque sea por ahora, teniendo en cuenta que la fobia antinacional y popular en la Argentina se da en otro plano de lo que está ocurriendo en Brasil, Venezuela y Ecuador. Acá ya lo intentaron y se tuvieron que retirar con la cola entre las piernas en las tantas veces que intentaron -lo siguen intentando- bajar al gobierno.

Y acá viene a cuento lo que nosotros venimos diciendo. Tener bien en claro que estamos en una lucha donde lo simplemente político trasciende hacia lo ideológico, lo que planea que la lucha, la respuesta al enemigo no solamente es por el poder del gobierno sino por el Estado, es  decir, por el poder real y total del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Es todo un proceso, abarcativo a la acción política y social en un principio, donde la lucha es en terrenos varios y los tiempos dinámicos, consecuencia no de un manual determinado sino de la capacidad de imaginación para plantearse las tácticas. Fundamentalmente, atención a las masas, al pueblo, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de clase y la agudización de las crisis económicas y políticas, lo que engendra constantemente nuevos y cada vez los más diversos métodos de defensa y ataque. Ha llegado el momento de tener en cuenta las más variadas formas de lucha que nos enseña nuestra propia historia, pero, insistimos, ateniéndonos a la realidad actual. Admitir que no tenemos que limitarnos a las formas de luchas posibles y existentes sólo en un momento dado, y sí admitiendo la aparición inevitable de formas de lucha nuevas al cambiar la coyuntura social. Aparecerán formas de lucha inventadas por las masas y por eso, estaremos lejos de pretender enseñar lo que es patrimonio popular. Son las crisis, que son distintas en cada momento, como son distintos los actores, aunque no los factores del sistema, las que nos deben marcar los elemento fundamentales de las luchas para enfrentar con el margen correcto para el objetivo obvio de triunfar. Está claro que no estamos hablando de la lucha armada, al menos por el momento, como ha ocurrido en varios momentos históricos, como lo fue en la década del 60/70, Montoneros, FAR, FAP y ERP (Fuerzas Amadas Revolucionarias, Fuerzas Armadas Peronistas, y Ejército Revolucionario Popular), un momento histórico, el de la lucha armada, convalidada por el respaldo de gran parte del pueblo, especialmente el pueblo peronista que venía sufriendo persecución y muerte desde el 55.

Aunque hay sectores de representación popular que proponen todavía el ejercicio a como sea de la convivencia y la buena voluntad con el gorilaje de toda laya, evitar los enfrentamientos, entendiendo así la democracia, a esta altura es darle soga al enemigo que les servirá para colgarnos. Una práctica autodestructiva, sin dudas.

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