Pandemia restringirá para siempre los abrazos y dar la mano de saludo

Jun 14, 2020 Alfredo Saavedra Mundo Comentarios desactivados en Pandemia restringirá para siempre los abrazos y dar la mano de saludo

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Canadá.— Un grupo de científicos anunció esta semana su determinación de no recibir abrazos ni saludos con dar la mano, ni hacerse acompañar por desconocidos, en resolución que será vigente de por vida, según declaración el jueves. Medida absoluta para prevenir no solo el contagio actual del Coronavirus sino de futuras infecciosas epidemias, en profiláctica que alguna gente recibirá con lamentación, otra con desdén, muchos más con escepticismo, tristeza o últimamente con rechazo.

El miedo al contagio ha llegado a extremos inauditos y sobre todo inhumanos como lo revelan las noticias. Un ejemplo de infinidad de casos no reportados es el de la señora Elizabeth Martucci y su hijo de 11 años Marcus, quienes tras contraer el Covid-19 y lograr su recuperación, con entusiasmo y tal vez en abono del prestigio de los trabajadores de salud que los curaron, dispusieron fijar un rótulo con la leyenda “Somos sobrevivientes del Covid”. En justificación de ello la señora Martucci declaró al diario New York Times, medio que dio la noticia, “Pensé que era buena idea decirle a la gente, que la enfermedad no constituye una sentencia de muerte”.

Sin embargo esa buena intención se revirtió para la madre y su hijo, pues los vecinos empezaron a huir de ellos llenos de pánico ante el miedo a ser víctimas de contagio. Al informar de esa situación el diario comenta que aquellas personas que salen de los hospitales o de cuarentenas tras padecer la enfermedad deben estar preparadas para eventuales rechazos que significarán que no serán bienvenidos en sus comunidades.

Se informa además que de acuerdo con epidemiólogos y expertos en salud los pacientes totalmente recuperados del Covid-19, no constituyen ningún riesgo de infección, aunque personas que han pasado por ese umbral de la recuperación pueden ser objeto de estigma dado que incluso en el seno de la familia pueda haber preocupación de contagio, a menos que sean receptivos al consejo médico que confirma la inmunidad del paciente.

Especialistas participaron de una encuesta en la que pronosticaron cuánto tiempo pasará para realizar actividades que eran habituales antes de la pandemia. Un total de 511 epidemiólogos participaron de una consulta realizada por el diario New York Times sobre el tiempo que estiman que deberá transcurrir para que vuelvan a realizar 20 actividades que eran habituales antes del inicio de la pandemia de coronavirus. El 6 % afirmó que algunas acciones, como abrazar y dar la mano, ya no las harán más en su vida.

A menos que haya una vacuna o tratamiento efectivo que modifique las previsiones, el 42 % de los consultados afirmó que pasará más de un año hasta que vuelvan a tener ese tipo de contacto estrecho con otra persona. Porcentaje similar tuvieron las proyecciones para asistir a una boda o a un funeral, salir con alguien a quien no se conoce bien o ir a iglesias y presenciar servicios religiosos. Hasta allí lo expuesto en la declaración del jueves.

Se debe tomar en cuenta que generalizar la disposición de científicos comprometidos en su disposición de “no abrazar o dar la mano”, aunque según el reporte es sólo un 6 por ciento de los encuestados los que asumieron esa determinación, no será de aceptación masiva. Pero es cierto que impactará en el público impresionado por esas noticias de conductas que estén fuera de los hábitos tradicionales. Es de notar que dar o recibir abrazos se supone  que es un acto de afecto entre personas que se conocen, porque nadie anda abrazando a desconocidos. Se evitarán en cualquier circunstancia los abrazos de aquellos individuos espontáneos que ocasionalmente se paran en una esquina y de forma evangélica solicitan abrazos gratuitos.

En cuanto al saludo con la mano, ya de forma científica se ha recomendado evitarlo, en todo tiempo, no solo por la emergencia pandémica. Una doctora inglesa llegó, hace algunos años, a escribir un libro sobre el tópico y su criterio categórico era que se debía desterrar de manera definitiva el estrechar la mano como saludo. La razón que se invoca en particular es la higiene. Uno de los principales periódicos canadienses hizo un experimento consistente en establecer en qué cuantía el público se lava las manos en los sanitarios públicos después hacer sus necesidades y se comprobó, luego de la encuesta, que solo dos de cada diez personas se lavan las manos, pues el resto puede salir con bacterias o residuos de orina y de excrementos en las manos.

Bastará con eso último para dar la razón a los proponentes de evitar el estrechar la mano. En el Internet se encuentra información de sobra sobre ese tema. Así es que mejor curarse en salud con no dar la mano a los asquerosos que usan los inodoros sin lavarse después las manos. En fin que queda el consuelo de que “ojos que no ven corazón que no siente”. Bye- bye, ¡pero sin manos por favor!

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