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Recorrer las librerias de Mendoza suele traer gratas sorpresas. En la edición de El Baúl de hoy, compartimos un texto de Américo Calí, “Coplas del vengador”, encontrado en el libro “Coplas del amor en vano” de 1960.
Coplas del vengador (3ª parte del libro)
I
Ya tengo vida, clamaba
al empezar a quererte,
y hasta el eco me aclaraba:
¡Cuidado, que tienes muerte!
II
De ti queda sólo el cuerpo
porque tu alma era mía:
la misma que te dejé
cuando creí que la tenías.
III
Verte y no verte es lo mismo,
tan lo mismo que no encuentro
diferencia entre mi verte
con el no verte de un ciego.
IV
Yo sé que para morir
intensamente de frío
sólo me basta cambiar
tu corazón por el mío.
V
Después de temerle tanto,
conocí la soledad
el día que estando solo
llegaste tú de verdad.
VI
Por ti supe lo que sé,
por ti lo que no sabía,
y finalmente por mí
la verdad de tus mentiras.
VII
Yo te soñé tan distinta,
pero fuiste tan igual,
que si un día te perdieras
no te podría encontrar.
VIII
La muerte que me dejaste
no era tuya, era mía.
¡Qué fácil te fue encontrarla
si te esperó como vida!
IX
Yo creí que conocías
el amor sólo por mí,
sin notar que repetías
lo que sabías por ti.
X
Cuando partía cantaba:
¡Quién te podría olvidar!
Y ahora que he vuelto canto:
¡Siempre estuviste demás!
XI
Me acuerdo de tus palabras,
me acuerdo bien de tus dudas;
me acuerdo, cómo me acuerdo
que no fue mía la culpa.
XII
Qué pena la pena mía,
después de todo qué triste,
ver que tú no eres quien eres,
sino que eres la que fuiste.
XIII
El tiempo mío pasado
no quiere al tiempo presente,
tan sólo porque es un tiempo
que nunca quisiera verte.
XIV
Cierto día busqué a Dios
para que te hiciese buena.
El pobre intentó la obra
y al fin tiró la herramienta.
XV
Si estás en mi corazón,
¿por qué te siento distante?
¿por qué te busco de afuera?
¿por qué me dueles aparte?
XVI
Adiós, niña de mi vida,
dividamos nuestros bienes:
yo aquí con mi corazón
y tú allí con el que tienes.
Fuente: Américo Calí, Coplas del amor en vano, Editorial Donadel, Buenos Aires, 1960.
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