Identidad (para ser feliz)

Feb 10, 2019 Rolando Lazarte Creacion Comentarios desactivados en Identidad (para ser feliz)

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La vida es todo lo que tenemos. Este hecho tan simple, está bajo amenaza de mecanismos como la culpa, la disociación de la persona en contra de ella misma. Esto puede ser enfrentado, para que podamos vivir felices y en paz.

Hay recursos que nos permiten recuperar la aceptación de nosotros/as mismos/as. Uno de ellos, es el contacto íntimo y profundo con nuestro propio ser. El registro inmediato de la persona que soy.

La visión integrada de la suma de esfuerzos, de luchas, de trabajos, que dieron como resultado mi ser. Habitar el ser que soy, es la tarea. ¿Cómo hacerlo? Hacerme cargo de mis habilidades. Ser conciente de mis capacidades.

Saber qué acostumbro hacer, que me hace merecedor/a de elogios de parte de las personas que amo. Volver a disfrutarme, a disfrutar cada minuto. Como cuando era niño. El ser es tranquilo. El deber ser es impuesto y es tenso.

Dá trabajo volver a ser. Vivimos en una sociedad alienante, basada en la despersonalización que posibilita la dominación y la explotación. Nada es más placentero que volver a ser la persona que somos. Mucha gente repite lo que le ponen en la cabeza.

No saben lo que dicen, ni lo que piensan. No son dueñas de su percepción ni de su tiempo. Tampoco son dueñas de sus sentimientos. Esta es la base de sustentación de los regímenes totalitarios.

Toda dominación depende de la división de la persona contra ella misma. Y también de la división del pueblo contra sí mismo. Sociedades de robots vacíos, mecanizados en la obediencia a los comandos de los sectores dominantes.

Actualmente, esa subhumanidad asumió un espacio inusitado. Son la escoria de la tierra. No necesitamos mucho para ser felices. Amor. Una casa. Salud. Amistades. Educación, para saber que el mundo lo hacemos nosotros/as.

Cultura, para saber que podemos liberarnos de todas las prisiones. Trabajo, para saber que somos capaces de crear. La justicia corrupta invierte todo: criminaliza la decencia y la honestidad. Los burros y las burras ignorantes aplauden.

La recuperación de mi persona se da a partir de actos simples, sencillos, que me van trayendo de vuelta a mi propio lugar. Recupero mi lenguaje, que no debe estar supeditado a lo que dicen desde las TVs o desde las redes sociales.

Recupero mi identidad, mi percepción, el sentido de mi vida, que no pueden estar en manos de empresas o corporaciones cuyos intereses en nada se afinan con la libertad ni con la felicidad o la justicia.

Yo soy yo, no soy otra persona. Sin embargo, hay en mí, voces que me dicen que yo debería ir a no sé dónde, hacer no sé qué cosa.

Yo no soy eso, no soy esa actividad contínua. Soy más bien quietud y paz. Observación atenta, contemplación.

Me gusta ver las flores y los pájaros. El cielo que se extiende por todo el campo visual.

El tiempo se va juntando. Cada momento reúne todos os momentos anteriores. Así me voy juntando. ¿Qué estaría haciendo un día como hoy, cuando era chico? Estaría yendo al parque, o a dar una vuelta en bicicleta con mi amigo, o iría a jugar a los autitos en la vereda, o iría a buscar frutas al fondo.

Yo estoy bien donde estoy, y estoy bien como soy.

Escucho a la gente que dice que yo soy esto, o que soy lo otro. Hablan de sí mismos, o bien de cosas que les parece, paro yo no soy eso. No descarto, sin embargo, que algo pueda haber en mí, de lo que la gente ve en mí.

Mientras escucho y veo, la lectura del mundo, la escritura contínua de la existencia, se muestra a mi alrededor, adentro mío, en todas direcciones.

Es la unidad, lo que busqué toda mi vida, o mejor dicho, lo que era desde el comienzo, y ahora es de nuevo, al fin.

Escribo y pinto. Leo poesía. Cultivo el amor y la amistad. Y así me voy adentrando en la eternidad.

Esto no quiere decir que no tenga que luchar una y otra vez con esa voz ajena internalizada, que me quiere convencer que no valgo nada, que estoy equivocado. Yo sé quién soy. Esta es la mejor respuesta a enemigos de la especie que sean. 

happy wheels

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