Morimos solos, The Lobster

Sep 01, 2019 La Quinta Pata Cine Comentarios desactivados en Morimos solos, The Lobster

Por Mariana Palazzi

Mi comentario de esta semana es para una película que hasta hace poco tiempo estuvo en la plataforma Netflix actualmente se puede ver por un módico precio en youtube. La película es del 2015, del joven director griego Yorgos Lanthimos quien también es autor del guión junto a Efthymis Filippou su colaborador e íntimo amigo desde casi el inicio de su carrera; quizás recuerden o les suene este muchacho debido a que es el director de la célebre “La Favorita” (2019) que tuvo diez nominaciones al Óscar y gano por la actriz principal, lo cual contribuye a la difusión de este, a mi gusto personal, magistral autor.

Los Oscars son premios básicamente sobrevalorados porque se centra en la industria yanqui; actualmente son políticamente correctos en un país políticamente incorrecto. La Favorita no es la excepción: de diez nominaciones solo premian a la actriz principal perdiendo en varias ternas con la sobrevalorada Roma de Cuarón y la edulcorada biopic de Fredy Mercuri ‘Bohemian Rhapsody’.

The lobster o La langosta parece ser el preludio del clímax creativo al cual llega con “El sacrifico de un ciervo sagrado” (mi próximo comentario). En esta cinta que según la mirada de algunos críticos y del público que comenta en la red, podría ser un poco lenta y sus personajes planos a nivel emocional. Últimamente vengo pesando que la duración de algunas películas a las cuales se les reprocha concretamente esto, el tono lento, este está orientado específicamente al desarrollo de una historia que posee profundidad psicológica no apta para todo público. Respecto de la emocionalidad plana de los personajes lo que no es del todo verosímil, es fácil de detectar para espectadores aventureros que buscan algo más allá de la pura entretención sino que es una clara disposición de aquello en donde este director va al fundamento de lo que quiere mostrar, la raíz de algunas conductas humanas, al estilo de mi amado Hannake.

The lobster, a diferencia de sus predecesoras, esta hablada en inglés y tiene un elenco con reconocidos actores, el irlandés Colin Farrell, Rachel Weisz, la británica Olivia Colman -ambas actrices que trabajaron también en La favorita- y su actriz fetiche, la griega Angeliki Papoulia completan un reparto excepcional. En cuanto a los planos no son extravagantes sino más bien explícitos, el color de la película en matices de colores fríos, azules, verdes y la ausencia de sol en casi todos los momentos del hotel y también del bosque mantienen un tono melancólico.

El mismísimo Lanthimos la ha catalogado en algunas entrevistas a esta película como una “comedia negra”. Es sello del director el humor negro el cual explota hasta el absurdo afectando al espectador, dando cuenta en reiteradas ocasiones de la agresión constitutiva que portamos los sujetos hacia nosotros mismos y nuestro prójimo.

La trama sin spoilers; aunque sostengo que la experiencia es singular porque todos los hermanos lloran la muerte de su padre, pero no lloran al mismo padre ni a la misma experiencia, es una historia planteada en un mundo distópico; nada mejor para hablar de la realidad social. En ese mundo no está permitida la soltería a tal punto que quien cae en esa desgracia es ayudado/conminado a encontrar una pareja en un lugar que dispone de ciertas comodidades con estrictas reglas enfocadas en que la búsqueda se acote todo lo posible para que en el plazo de cuarenta y cinco días se alcance el objetivo impuesto, esto sería el primer tramo del film y del desenlace de esta situación vendría a ser el segundo tramo del film.

El título de la película está en relación a que si en el término de los cuarenta y cinco días no se consigue el objetivo de hallar pareja, la persona es convertida en el animal que elije cuando ingresa al hotel, esta metáfora habla de la muerte de quien no haya un par. El protagonista elije una langosta paradójicamente porque son animales que viven muchos años siendo entre los cinco animales más longevos del planeta, habiendo especies como la langosta americana que no padece signos de envejecimiento ni mermas en su potencia o poder reproductivo de la cual se han encontrado especímenes de 140 años.

Con solo el titulo podemos articular el anhelo explícito de nuestro héroe de subsistir incluso en esa realidad opresiva. De la trama se desprende el mandato social respecto de estar en pareja o emparejado que no es lo mismo y en la película a través de la ironía podemos espejar algunas de las conductas sociales, y por qué no propias, actuales.

El amor y deseo en el sentido psicoanalítico, últimamente creo que en otros ordenes también, no van de la mano. Las condiciones para el amor entre dos personas son tan particulares como las personas mismas que conforman un lazo cualquiera sea incluso el de pareja; a su vez el deseo no está unido a otra persona sino particularmente a un modo subjetivo de posicionarse como un ser en el mundo por ende también en relación con los otros. Los anhelos van más hacia las identificaciones que conforman parte de nuestra realidad psíquica que nos propone el ideal de pareja social o singular, da igual mientras sea de a pares e impuesto desde afuera de sí.

El empuje social quizás no con la misma fuerza que en otros siglos aún está en relación a que las personas se encuentren emparejadas a como dé lugar, a que otro las habilite o las señale como deseables. Una de las apuestas firmes del film es problematizar y de un modo delicadamente cínico visualizar este empuje social e in extremis dar cuenta de los efectos que produce en las personas, recuerden esto hacia el final del film.

Uno de los mensajes de la película está según mi parecer encaminado a como pertenecemos a este mundo de binarios donde es en pareja o soltero; feliz o infeliz sin la real extensa escala de matices que el mundo emocional propio nos depara por el hecho de ser seres parlantes, o sea neuróticos que tendemos a simbolizar el minuto a minuto de nuestras experiencias en un afán idiota de apresarlas.

Lo cierto es que eventualmente hay consecuencias de estar solo o en pareja, también la soledad hace de buen semblante de cierta libertad, no hay mejor ejemplo de esto que el poliamor. En definitiva hay una verdad a medias que a cierta edad es poco posible de invisibilizar y es que morimos solos; nos pueden acompañar hasta el lecho de muerte pero el acto es singular, entonces ahí si se presenta un binomio interesante de desandar antes de tan poco esperado momento que es el terror a la soledad o una soledad de terror que en cualquiera de sus matices nos apresa por anticipación.

En palabras del propio Lanthimos: «Es difícil saber cómo se van a percibir tus ideas. Nunca va a funcionar de la misma manera en todos. Algunas personas piensan que es «hilarante». Otras dicen que es demasiado «oscura». En realidad, no es ni una ni otra. Y realmente creo que cambia con cada proyección, hay cierto tipo de atmósfera y energía, casi como una actuación en vivo. Las personas se influyen unas a otras; así que una proyección se llenará de risas mientras que otra se queda en silencio. Y a medida que pasan los años, la película podría afectarte de manera diferente, según lo que haya ocurrido entre los visionados. «Nunca se puede afirmar que se ha logrado un equilibrio perfecto, porque depende de las personas que lo observan decidir» (Birth. Movies. Death, entrevista de mayo de 2016)