Sobreviviendo al silencio

Ago 04, 2019 Anark Patas en el barro Comentarios desactivados en Sobreviviendo al silencio

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“Hablar de la violencia es una forma de combatirla. Esto tiene una fuerza terapéutica porque el silencio aísla en la culpa, en medio de un mundo acosador y acusador. Hablar nos convierte en comunidad, rompe el pacto de silencio.”

Alguna vez sentiste el silencio como tortura? No me refiero a ese silencio romántico de canciones y poemas, sino a ese que asfixia y oprime verdades, a ese que amarra las cuerpas. Al silencio como mandato imperante para intentar sobrevivir, a ese que aún comunicando es nuevamente silenciado.

El silenciamiento fue el método facilitador para acciones perversas  y el silencio institucional su mejor aliado. El agresor exige silencio, el entorno pide silencio, lo que no se nombra no existe. 

Muches niñes y adolescentes aquicito nomás, en nuestras tierras padecieron durante años los mas aberrantes y siniestros abusos por quienes aún hoy sostienen ser protectores amorosos de la humanidad.

Este lunes se inicia el Juicio por abusos sexuales cometidos contra niñes y adolescentes sordes en el Instituto Próvolo de Mendoza,  luego de dos años de proceso.  Existe mucha información mediatizada al respecto, sin embargo un tipo de silencio muy particular ha (nos ha) recorrido en este tiempo, aquel que deviene de encubrimientos y ausencias por parte de la institución Iglesia y el Estado. La primera denuncia al respecto fue hace más de 10 años pero rigurosamente cajoneda al ritmo en que la Iglesia intentaba eliminar los obstáculos de la justicia ordinaria para encasillar estos crímenes en su propia justicia canónica y trasladar a curas y monjas pedofiles de un centro a otro.

El mecanismo del silenciamiento en este caso representa una vuelta de tuerca por tratarse de personas sordes a quienes se les prohibía usar Lengua de Señas, vulnerando siniestramente otro derecho. El silencio ordenado por la Iglesia y por los curas violadores a sus víctimas, causándoles traumas de por vida, el trauma de la herida y el trauma provocado por el silencio.

Desde que la primera victima movió sus “manos” hasta hoy, el silencio empezó a romperse de un lado, mientras desde otros, agresores y encubridores suplantaban la voz de los primeros con tergiversaciones, poniendo en duda, como le es habitual al  patriarcado, a les victimes y quienes les sostienen.

En los subterráneos de esta historia, toda una red de solidaridades y acciones profesionales fueron tejiendose para que las manos fueran gritos, para cubrir las ausencias del Estado, por ejemplo en restituir derechos en espacios en los que el silencio protocolar parece omnipresente, la mala prensa parece importar más que el acompañamiento urgente a las victimas y sus familias como así también a quienes sostienen este duro proceso.

Que la inmensa valentía de cada joven sobreviviente tenga su correlato en una justicia que al fin pueda quitarse el traje patriarcal y de clase, que pueda el Estado responder a cada silencio sin presiones eclesiásticas y que cada une de nosotres podamos escucharles ahora y siempre.

TODOS Y TODAS POR VERDAD Y JUSTICIA PARA LOS SOBREVIVIENTES DEL INSTITUTO PRÓVOLO.

CON NUESTRAS VOCES Y NUESTRAS MANOS ROMPAMOS EL SILENCIO.

happy wheels

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