Última Actualización febrero 17th, 2019 9:00 AM
Abr 29, 2018 La Quinta Pata Recomendada 0
Conozco al querido “Negro” desde hace muchos años. Posee el don del buen hablar y del mejor escribir. Es un hombre valiente como pocos. Capaz de no bajar el tono, ni arriar sus banderas, ni en los más duros días de la represión: la “revolución fusiladora” y el proceso genocida. De voz tonante al poner en su lugar a muchos políticos eunucos cuando insisten en mentirle a la gente.
Generoso, capaz de prestarle su moto a un pibe de quince años para que paseara (a mí). Respetado “El Negro” por todos los jóvenes plásticos de los años 50, luego, los maestros, los consagrados: Carlos Alonso, Enrique Sobisch, Alberto Venditti, Orlando Pardo y otros amigos.
“Ustedes eran algo así como un grupito de zurditos que tocaban la guitarra en los asados” le espetaron una vez a Abalo también vinculado a los hacedores del “Nuevo Cancionero”. No se dio plena cuenta el interlocutor ante quien estaba. Abalo. Un histórico con todo su enorme peso y trascendencia. Hombre comprometido a fondo únicamente con sus ideas de libertad, de justicia. Algo más que el miembro de “un grupito de zurditos”
Existió de verdad una importante izquierda nutrida por la juventud en estos lares. “El Negro” y otros muchachos, olvidados, eran sus verdaderos militantes. No olvidemos que el mendocino Ciro Bustos, que luchó junto con el Che Guevara en Bolivia, pintor, fallecido hace poco, era un idealista más de esos días. No se puede abarcar en ese espectro a los jerarcas PC por su ostentosas formas de vivir, residencias, autos, fincas, eran más “Gansos” que comunistas.
Sin alejarme mucho del “Negro” quiero consignar que la acusación que le amargó la vida para siempre a Ciro Bustos fue la de haber entregado al “Che” con unos dibujos que situaban el paradero del guerrillero.
En un análisis, a la distancia, a través del tiempo, considero que ese cargo contra Bustos fue emitido y propalado por la CIA, temerosos sus directivos que surgiera otro líder tan potente como fue Ernesto Guevara.
Bustos fue detenido junto a Regis Debray, periodista y escritor francés, marxista. Condenados por un tribunal boliviano a 30 años de cárcel, cumplieron solo 4. Fueron amnistiados por el presidente boliviano Torres en 1970. En realidad esa entrega de la que se le acusa a Bustos es por completo infundada ya que la CIA y por ende los Rangers bolivianos, tenían datos certeros previos a la captura de Bustos sobre el paradero de la guerrilla y la verdadera identidad de “Ramón” (nom de guerre del “Che”) en esa frustrada invasión a Bolivia.
Militares que intervinieron en esas operaciones sostienen lo mismo: que era innecesario que alguien aportara información sobre el “Che” y su gente porque ellos ya sabían todo. Faltaba nada más que el golpe, que lo dieron. Y luego, el asesinato de Guevara por orden de la CIA.
En el documental “Sacrificio ¿Quién traicionó al “Che” Guevara” (2001) aparecen la entrevistas a Gary Prado, general boliviano que comandó la patrulla que detuvo a los guerrilleros, quien corrobora ampliamente que ya contaban con la certeza del paradero de los insurgentes. El ex agente de la CIA, Félix Rodríguez, sostiene el mismo tenor de información.
Cayeron serias sospechas sobre Fidel Castro. Observadores imparciales creyeron que la divergencia entre Castro y el “Che” se había ahondado de manera irreversible. En una entrevista concedida a la cadena CNN el ex CIA Rodríguez pone de relieve que Castro en esos días estaba muy ligado al Soviet y que no podía permitir que el “Che” siguiera en una línea china, marxista, de expansión de la guerrilla y, por ende, de la Revolución rusa de 1917. Rodríguez deja entrever que Castro tuvo alguna influencia, obviamente, de suma importancia, para que la tragedia se precipitara sobre el “Che” Algo difícil de creer ¿No?
A los periodistas que manejabámos información sobre ese tema nos sorprendía la pasividad del gobierno cubano, sabedor, de la situación crítica en la que se encontraba el “Che”. Nosotros, los escribas, acaso un tanto ingenuos, pensábamos que Castro en un golpe sorpresivo iba a rescatar al “Che”. Sabíamos que como experto y eficiente guerrero no se amilanaría ante un ejército de Rangers bolivianos. Pero no hizo nada. Casi como que permitió que lo mataran. Un trago que no baja por la garganta. Aleida Guevara, hija del “Che” acusa directamente a Regis Debray. Lo sindica de ser partícipe de delaciones. Afirmó en 1966 que “todo indica que al caer preso Debray habló más de la cuenta”.
Y de vuelta con el “Negro”. No hay que perderlo de vista. Es, aunque algunos se sofoquen por esta afirmación, un prócer viviente. Distinto a los difuntos falsarios, que opacan al bronce al que arteramente ingresaron, con las agachadas y actos de corrupción que jalonaron sus vidas.
“El Negro” es más que casi todos los inmortalizados (?) en carteles de nuestras calles. Una recua de mediocres ensalzados, cerca de políticos honestos, a veces juntos, en una esquina.
Tratarlo al “Negro” de viejo venerable” es un craso error. A él le importa un bledo que lo veneren o no. Eso queda para los habitantes del santoral. Lo que él desea (lo conozco) es que la rica, difícil historia que lo tuvo como testigo y protagonista, no se pierda. Por eso siempre accederá a entrevistas. Por eso escribe libros. Y también por lo mismo, merece el más alto de nuestros respetos. Los micros van llenos de viejos. Rebalsan los geriátricos. En algunas casas algunos gerontes quedan en un rincón como arpas. Y pregunto ¿A cuántos conocemos, cada uno de nosotros, seres con el caudal testimonial, vivido y lúcido de “El Negro”? Ardua nómina, imposible de enlazar.
Los años trepidan sobre sus rodillas. El vino ya le exige algo de lejanía. Solo, sentado en la penumbra de un bar fantasmal. Los amigos, que lo amaban, voces que se diluyen, imágenes, con luz de risas, llegan a saludarlo. Le hablan del legado de sus siempre vivas obras, que “El Negro” vio nacer.
“El Negro” una enormidad más que un viejo. Osado. Memorioso. De manos abiertas. Y tu palabra, ante las injusticias, convertida en un puño, en ariete. Ejerces el hoy intensamente. Adalid de los Derechos Humanos. Creador y editor de “La 5ta. Pata Digital” semanario que no se arrodilla ante ningún poder. Escritor de la historia olvidada, de ficción sorprendente, de testimonios y acciones en pos de un mundo mejor.
Dijo el poeta Rudyard Kipling: “Si todos los hombres pueden contar contigo, pero ninguno demasiado”. En tu caso, más que esa mezquindad colonialista, cabe que te diga, amigo, hermano, maestro: “Todos los seres humanos pueden contar contigo y, todos, demasiado”
Feb 17, 2019 0
Feb 17, 2019 0
Feb 17, 2019 0
Feb 17, 2019 0
Feb 17, 2019 0
Feb 10, 2019 0
Feb 03, 2019 0
Ene 27, 2019 0
Feb 17, 2019 0
Por Sergio Cancio Nuestra canción del verano canta con voz entonada por una software de computadora: “leña para el carbón, mamacita”. Parece una canción de reggaetón bastante parecida a otro...Feb 17, 2019 0
Por Mariana Palazzi Buenas, no importa cuando leas esto… gracias por tu tiempo. Mi comentario de esta semana está orientado hacia un hallazgo tuve el gusto de encontrar un director de aquellos que portan las características que a mi gusto para bien o mal dejan una huella son aquellos que...Feb 10, 2019 0
Anark regresa de un enero incendiario-incendiable. Ola de calor, sensación térmica explotable. En el barro no hay ventilador que banque. Polvorín que ya empieza a estallar. Todo, todo, todo fríamente planificado para que Enero, el mes mas largo para les pobres, sea aún mas tedioso, sufrible,...Ene 27, 2019 0
Por Martina Lamy Un cuerpo, un límite Sigmund Freud en El malestar en la cultura (1930) dice que el cuerpo propio es uno de los espacios de castración, de límite, ya que el cuerpo nos muestra el inevitable paso del tiempo y a medida que envejecemos nos va acercando a aquello que es imposible de...Dic 23, 2018 0
Para la Laurita Chiarelli Por Sergio Cancio Jauretche decía que “el arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a...Dic 09, 2018 0
El libro publicado por la Editorial de la Universidad de Quilmes explica el delito de desaparición forzada de personas en Argentina durante la última dictadura militar. Analiza las...