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Tomar por sorpresa…
Una hipótesis sobre un posible gobierno del Frente Cambiemos:
Hoy es 11 de diciembre de 2015. La mayoría de los argentinos ha votado la fórmula encabezada por Mauricio Macri.
El nuevo presidente ha dado a conocer su gabinete. Entre ellos sus cuadros económicos de siempre, llamados a silencio en los últimos tramos de la campaña, cuando ha asegurado que no hará nada de lo que siempre dijo que iba a hacer, Carlos Melconian y Federico Sturzenegger.
El primero, Melconian, es el que siendo funcionario del Banco Central de la República Argentina durante la dictadura militar, estatizó junto a Domingo Cavallo 10.000 millones de dólares contraídos por empresas que multiplicaron sus patrimonios jugando a la “bicicleta financiera”. Uno de los grupos empresarios, que pasó de 7 empresas en 1973 a 47 en 1984, es el Grupo Macri.
El otro, Sturzenegger, es el que fue grabado en una reunión en los EE.UU. sin que lo supiera, como verse en Youtube, diciendo que no dirían lo que van a hacer porque si lo hacen no los votarían.
El nuevo presidente anuncia que el gobierno saliente ha dejado un desmadre económico. Ante ese desmadre anuncia que habrá que acomodar algunas líneas macroeconómicas:
Se anulan los subsidios al transporte, lo mismo que ya hizo en el subte porteño. Anula los subsidios a los servicios públicos. Gas, Luz, etc.
Deja liberado el tipo de cambio, como dijo que lo haría, esto provoca una corrida del valor del dólar que alcanza los 35 pesos por unidad, ya que las reservas no alcanzan, tampoco es la intención que lo hagan, para sostener el valor por debajo de esos números.
Los precios acompañan, como siempre ha ocurrido ante una devaluación, el nuevo valor de dólar, ahora único, en el mercado de cambios.
La inflación se dispara y alcanza un 70 % en los primeros tres meses del nuevo gobierno. Pero las autoridades sostienen que es un “sinceramiento de precios relativos”. Es la bomba dejada por Kicillof.
Los salarios no aumentan, y las paritarias se suspenden, ya que la inflación debe ser contenida.
Los programas sociales son congelados, la inflación devora su poder adquisitivo, lo mismo pasa con los salarios.
Las universidades nuevas, para esta nueva Argentina previsible, ya no son necesarias. No harán falta tantos ingenieros, o técnicos.
La educación comienza a ser desfinanciada, lo mismo que se hizo en la Ciudad de Buenos Aires.
Una vez más la inflación, como en los noventa, disciplina a la sociedad. Mucha gente acepta, por confianza al nuevo gobierno, ajustarse el cinturón por un tiempo.
Las ventas caen por la disminución del poder adquisitivo de los salarios.
Comienzan los despidos.
Un nuevo ejército de desocupados disciplina a los que tienen trabajo.
Los trabajadores aceptan recortes de salarios y de condiciones de trabajo.
El nuevo gobierno acepta pagar a los Fondos buitres, como ya lo había anunciado antes de pensarse ganador en las elecciones, y eso dispara miles de nuevos juicios de los tenedores que aceptaron el canje, ya que son legalmente discriminados. Argentina se endeuda así por U$S 50.000 millones sin que entre un solo dólar al país.
El nuevo presidente entonces afirma que ante tal adverso fallo, herencia del gobierno anterior, el país requerirá tomar nuevos créditos para tener dólares. Llegan miles de millones, hay gran liquides y apetito de prestar a un Estado que paga todo.
Esos dólares, nueva deuda, entran al B.C.R.A, y las reservas crecen. El nuevo gobierno se ufana del crecimiento de las reservas, sin mencionar que son la nueva herencia que harán pagar a mis hijos.
El dólar baja, la inflación también. Pero el desempleo ha crecido al 15 %, necesario para disciplinar a los que aún tienen trabajo.
La baja de la inflación y el dólar para todos genera “previsibilidad económica”, llegan nuevas inversiones pero, como en los noventa, para el nuevo perfil del país, nuevamente exportador de hidrocarburos, gracias a la baja del consumo y a la nueva YPF reprivatizada; exportaciones mineras y soja y otros cereales y oleaginosas, volvemos a ser “el granero del mundo”
Todo esto ha sido tomado de las numerosas declaraciones del candidato y sus cuadros económicos a lo largo de estos años.
Que nadie diga, cuando retrocedamos en cuatro patas, que no lo sabía. Macri lo dijo todo antes. Menem nos había tomado por sorpresa.
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