Guerra de posiciones para salvar la Patria

Nov 08, 2015 Ramón Ábalo La Pata Semanal Comentarios desactivados en Guerra de posiciones para salvar la Patria

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No es joda. Nos estamos jugando esta Patria. En realidad la Patria, que somos todos nosotros, estamos en situación de peligro, casi en el nivel de extinción, como los osos polares. Extinción de derechos, los rescatados a la dictadura genocida, y cuando aquello ocurre, ya sabemos, viene la eliminación, concretamente, de la vida. La experiencia es reciente: en el reloj del tiempo galáctico apenas un par de segundos.

La presidenta, dominando la escena electoral después de la del 16, hizo eje en que Scioli, sea la representación nacional y popular (habría que agregar lo de latinoamericano) para la contienda próxima, o sea la del 22 de este mes de noviembre, y para lo cual se vuelva a lo tradicional de la herramienta para convencer. Es decir, ganar la calle y tocar el timbre casa por casa para convencer, dialogando, respetando las convicciones contrarias, pero afirmando las propias. Nada más ni nada menos que la defensa de lo ganado, que es mucho.

El Barba que le da letra a Macri, sobre un programa a cumplir si la torpeza colectiva lo lleve a la presidencia de la Nación, le marca que como aquel Menem de los 90, no diga nada de lo que realmente va a hacer si triunfa. «Repartí caramelos y globos azul y blanco (es que el amarillo, en política, es igual a ideología descolorida). Pero enfrente, en la Rosada (color de marca feminista) la Presidenta apeló a la militancia para asegurar el triunfo. Es decir a los jóvenes especialmente, para que el ajetreo cotidiano de la calle y la gimnasia de tocar el timbre, casa por casa, con «todo respeto por el otro», y convocarlo a ratificar el triunfo – por tres puntos, pero triunfo al fin – «Es el mejor método… persona a persona…» reafirmó Cristina, actualizando lo que era clásico en tiempos de campañas: solamente al aire libre, como aquellos mítines, aunque lo clásico también, era que las exigencias populares fueran repelidas por la caballería policial – «los cosacos» malditos – encargada de cerrar el acto a sablazos. La contienda tenía entonces una previa en los comités -algo que ya no se ve- a pura taba, truco, empanadas, parrilladas, harto vino y cuchilladas. Eran varias jornadas previas, las que terminaban en que, por ejemplo un «Viva Lencinaaass mierdaaa!!«, se prolongaba en camino al osario porque como respuesta a un «mueraaa !!«, relucían los facones sus fauces mortuorias.

La modernidad política ha borrado los mítines, los comités y los «cosacos criollos» pero en este momento político electoral en la Argentina transcurre con la amenaza de una voltereta institucional hacia la derecha de los avances de los derechos populares y nacionales. Es decir, de los derechos vitales de todos los argentinos, sin discriminación alguna. Y por esto mismo, la respuesta a la amenaza es de todos con la seguridad de que defendemos la inclusión, el trabajo, la soberanía alimentaria, la vivienda, la educación. Es decir, la vida. Y bueno, si Macri se sale con la suya el de ser presidente, preparémonos para enfrentar lo que ello significa, la amenaza del hambre y la pérdida de la totalidad de los derechos. Enfrentar a la amenaza concreta del avance del imperialismo yanqui, será un imperativo estratégico porque no solamente será contra nuestro país, nuestro pueblo, sino contra todos los pueblos latinoamericanos y caribeños en el viejo objetivo, desde siempre, de tenernos esclavos bajo sus botas. Desde el mismo instante de su propia independencia el intento de hacerlo propio al «patio trasero», – nosotros los sudacas – no trepidó en armar invasiones que superan el centenar, desde México para abajo, aunque no se animó más allá del ahora Panamá, que hasta entonces era parte de Colombia.

Nuestra respuesta se librará en las calles con una táctica, en principio, de lo que Gramsci llamaba «guerra de movimientos«. (Notas sobre Gramsci, en UN PENSAMIENTO VIGENTE, de Saúl Blejman, Edioiones EDIUNC, 2015).