Última Actualización diciembre 20th, 2020 10:30 AM
Abr 12, 2020 Hugo De Marinis Literatura Comentarios desactivados en Tío Javier (I)
El tío Javier representaba para las hordas exiliadas en Canadá el tipo a captar. Su condición de inmigrante económico, el afecto y curiosidad por los pibes expelidos de sus tierras, su afición por los burros, la soltería tenaz, su acidez y tibieza, lo ponían en el punto caramelo del individuo a concientizar. El tío gozaba cuando llevaba al barrio Bridle Path a los boleados que aterrizaban en Toronto. Como chico travieso no se aguantaba esperar el habitual comentario clasista del recién llegado acerca de la tristeza que significaba ser rico. Apenas se vislumbraban las fastuosas mansiones, provocaba: “después dicen que los ricos viven mal”. El interlocutor sonreía incómodo o se tenía que enganchar en una discusión sobre los bienes, su valor de uso o de cambio. Uno que se reclamaba tupamaro le contó que a un secuestrado lo mantenían con el sustento equivalente al sueldo mínimo de un obrero por haber declarado que ese sueldo bastaba. “Qué boludos. Ni un niñito de infantil hubiera hecho eso”. Luego agregaba el verídico cuento sobre un paisano que se sacó la lotería y la donó a la revolución nicaragüense. Un par de años después el proyecto emancipatorio del Frente Sandinista de Liberación Nacional experimentó mudanzas que lo tornaron – por decir algo – difícil de entender. El fugaz millonario solía recordar melancólico su contribución, ya en los noventa, cuando un oxidado Lada de su propiedad le fallaba y se le atascaba de continuo en el cruel invierno canadiense. No era malo ni un redomado reaccionario el tío. El recién venido que entendía Bridle Path en relato proletario seguro no tenía dónde pernoctar sino en el departamento de un ambiente del generoso Javier. El tour por el barrio rico era un gesto de cortesía con glosas mordaces y juguetonas de un tipo gruñón y tierno al mismo tiempo. Era una épica escucharle de las misivas anónimas con floridas puteadas que remitía a dictadores militares por correo certificado. El tío Javier daba la talla de personaje bueno de la novela De dioses, hombrecitos y policías, una ficción desopilante que mezclaba un grupo vocacional de poetas de barrio modesto de Buenos Aires, escuadrones de la muerte y dioses del Olimpo. La trama sucedía en los estertores del gobierno de María Estela Martínez de Perón, alrededor de la fecha de ejecución por Montoneros del ex jefe de la Policía Federal Argentina, general Jorge Esteban Cáceres Monié. La Casa de las Américas la premió en 1979. A Cortázar le gustó, pese a que la obra no tenía que ver con su estilo. Al tío, esta novela, que los léidos [sic] juzgaban popular y divertida, debería haberle fascinado. Se la regalamos. Al cabo de unos días, nos ratificó su condición de adherente imperdurable: “Che, déjense de joder, hay que ir a la universidad para entender este libro”y nos lo devolvió ofendido. Qué desilusión: uno se creía estar frente al hallazgo y sin embargo la realidad avisaba que aún faltaba un montón para alcanzarlo.
Dic 20, 2020 Comentarios desactivados en Existe coincidencia en la gravedad del momento y cada quién busca agua para su molino
Dic 20, 2020 Comentarios desactivados en Cuantas veces morí
Oct 18, 2020 Comentarios desactivados en «Que descanse en paz»
Ago 09, 2020 Comentarios desactivados en Las cosas que me gustan
Dic 20, 2020 Comentarios desactivados en La Conquista romana de Macedonia y Grecia
¡Compartí esta nota! Acerca de Últimas entradas Hugo De Marinis Últimas entradas de Hugo De Marinis (ver todo) La Mediateca del Espacio para la Memoria exD2 y coda para Patos - agosto 30, 2020 Patos - agosto 2, 2020 “Estoy tan contento de que vivamos en Canadá” - junio 21, 2020 Por Luciano...Dic 20, 2020 Comentarios desactivados en Existe coincidencia en la gravedad del momento y cada quién busca agua para su molino
¡Compartí esta nota! Acerca de Últimas entradas Hugo De Marinis Últimas entradas de Hugo De Marinis (ver todo) La Mediateca del Espacio para la Memoria exD2 y coda para Patos - agosto 30, 2020 Patos - agosto 2, 2020 “Estoy tan contento de que vivamos en Canadá” - junio 21, 2020 Por Julio...Tel Aviv